El piso de las acciones colombianas no será
encontrado por la tropa de macroeconomistas persiguiendo la desaceleración del
PIB, tampoco por el ejército de valoradores de compañías que siguen asumiendo
que el precio del petróleo en 5 años será el mismo que el de hoy, ni por
nosotros los estrategas que aún estamos discutiendo si esta crisis tiene rasgos
de la del 2009, con visos del 98 y matices del 82. El cambio de tendencia de este mercado lo va
a dar la sencilla observación de la relación entre nuestro índice bursátil y la
tasa de cambio.
Gráfico 2. Un mercado en máximos pero aun indeciso (Nasdaq 2015)
Por lo tanto y abusando un poco más de Confucio, lo
más importante en finanzas es conocer a nuestro enemigo. Para el Colcap y los
índices regionales, es sencillamente la aversión a emergentes reflejada en la
volatilidad de sus divisas. Las armas de gran tamaño están de sobra (modelos
sofisticados de PIB, expertos en petroleras y elocuentes gerentes de
estrategia), el secreto será observar pacientemente, y con matamoscas en la
mano, como el Colcap recibe el próximo ataque devaluacionista.
Ustedes lo saben, nosotros también, pero ¿lo saben
ellos?
Hace algunos meses escribimos en “Rockeando como si
fuera 2008”, que las acciones locales se mantendrían sin dirección
prácticamente todo el año. Esto fundamentado en el choque entre una valoración
aparentemente barata y la reducción inesperada en utilidades producto de la
desaceleración económica.
Sin embargo, lo que no dijimos es que en momentos
de alta volatilidad en activos emergentes, a los inversionistas les preocupa
más los choques de aversión al riesgo que el mismo valor intrínseco de sus
inversiones. Esto es lo que vemos en el grafico 1. Mientras el dólar es el
único activo que importa para la dirección actual del Colcap, para la región
latinoamericana como un todo, la debilidad de sus monedas significa un rezago
continuo en el índice de bolsas de la región medido en dólares. En pocas
palabras, mientras la debilidad de las monedas continúe los extranjeros siguen
perdiendo retornos.
Gráfico 1.Latinoamerica
y mosquitos
Fuente: Bloomberg.
Cálculos: Estrategia Alianza
El dólar a 2.800 podría ser más que solo una
mordida
Es lo que hemos estado diciendo todo el año. Sin
embargo, la historia muestra también que hay ocasiones en que el mercado puede
ya haber tenido suficiente del dólar. Esto es precisamente lo que pasó en la
crisis del 2009. El viaje desde los COP 2300 a 2.600 fue recibido por el Colcap
de una forma neutral. Esto en retrospectiva es la señal más alcista que puede
recibir cualquier mercado emergente de acciones: una fuerte devaluación sin
desvalorizaciones bursátiles.
Gráfico 2. Un mercado en máximos pero aun indeciso (Nasdaq 2015)
Fuente: Bloomberg.
Cálculos: Estrategia Alianza
Ser paciente como Confucio (o alguien famoso por
ser muy paciente)
Y con esta idea terminamos este corto artículo.
Nuestra posición continua siendo que mientras el dólar se mueve hacia nuestro
rango meta del segundo semestre (COP 2.600-2.800) las acciones se verán
afectadas negativamente. No obstante, estamos conscientes que a veces el cañón
más poderoso puede fallar al mosquito
más insignificante. Si esto pasa y el Colcap se mantiene estable seremos los
primeros en volver al mercado con una percepción de largo plazo.
Mientras tanto no tiene sentido ser impacientes.
Seguimos favoreciendo compras y ventas de acciones de muy corto plazo
(actualmente vendiendo) a la espera de mayores caídas en el segundo semestre.
Sin embargo, si resulta que estamos equivocados y el índice Colcap no cae cuando
el dólar revisite los COP 2600, el costo de oportunidad de estar poco invertido
debería ser muy bajo. Esto fue exactamente lo que sucedió en el 2009, si bien
es cierto que el Colcap no cayó, tampoco se valorizó. En resumen, una vez el
mercado se devalué podremos empezar a comprar acciones ya sea a los mismos
precios actuales o como creemos nosotros con mejores descuentos aun.
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