(un articulo pequeño que preferí no enviar a ningun periodico)
Durante las últimas semanas el alcalde electo Gustavo Petro tuvo una reacción que solo puede ser explicada desde la teoría de la disonancia cognitiva. Este concepto, según Wikipedia (en donde comienzan y terminan mis conocimientos de Sicología), hace referencia a la percepción de incompatibilidad de dos ideas simultáneas, lo cual puede impactar las actitudes y reacciones de un individuo.
Las ideas en contraposición son simples. O se cree en una Empresa de Energía de Bogotá de vocación hacia los ciudadanos de la capital y que sirva como base y soporte para una fusión con otras empresas del Distrito en la que prime un servicio público a precios razonables. O se cree en una EEB competitiva a nivel internacional con estándares eficientes en su servicio y que continúe beneficiando al Distrito y sus ciudadanos a través de altas utilidades.
Ambas ideas tienen sus defensores y este no es el tema acá. El tema es que en el corto plazo son ideas incompatibles que requieren tipos de inversionistas muy distintos. Los primeros buscan una compañía o grupo de compañías que cumplan un servicio, los segundos maximizar su inversión. La disonancia resulta una vez el alcalde electo, que cree en la primera idea, no puede lidiar con que los inversionistas actuales, que creían en la segunda, vendan.
La EEB no puede dejar de invertir en un mercado tan atractivo como Perú solo porque falta inversión en Bogotá. O mejor dicho si puede, pero debe dejarle claro a sus inversionistas que el criterio de inversión ya no es únicamente rentabilidad y darles la oportunidad de salir de la emrpesa en condiciones razonables.
Lo interesante de la teoría es que explica como un individuo refuerza su sistema de creencias una vez las cosas no salen como él esperaba. El ejemplo clásico es el culto religioso en EEUU que esperaba el fin del mundo en una fecha específica, una vez la fecha pasó sus creencias aumentaron convenciéndose que habían recibido una segunda oportunidad, así sus cerebros resolvieron el conflicto entre expectativas y realidad.
La reacción del alcalde electo de persecución política y una mano peluda detrás de la venta de las acciones fue algo que ni por un minuto creímos quienes trabajamos en el mercado financiero y ahora se confirma con el juicioso trabajo de la AMV. Sin embargo, confundió a la gran mayoría que respalda al nuevo alcalde. Como dije antes, el tema no es decidir si es o no una buena idea la de fusionar la EEB o si el alcalde va a tener un buen periodo, todos esperamos que lo tenga. Es aceptar que sí esta es la ruta que escoge el Distrito, la compañía tendrá nuevos inversionistas y una relación en el futuro un poco más complicada con el sistema financiero y su acceso a financiación.
De igual forma, sí la fusión es una realidad el alcalde electo no deberá preocuparse mucho por manos peludas imaginarias o reales ya que seguramente los inversionistas no estarán muy interesados en la EEB como opción de inversión. Esto hasta que el alcalde nos muestre que ha hecho una tarea juiciosa en la que sus planes de fusión se conecten coherentemente con una empresa exitosa, sostenible en el largo plazo y rentable.
También le meterìa que es victima del Confirmation Bias (http://youarenotsosmart.com/2010/06/23/confirmation-bias/) y predigo Backfire Effect (http://youarenotsosmart.com/2011/06/10/the-backfire-effect/) y Hindsight Bias (http://youarenotsosmart.com/2010/06/14/hindsight-bias/)
ResponderEliminar